lunes, 18 de marzo de 2013

LA VERDAD LOS HARÁ LIBRES
Por Raul Zaldivar

 
El 31 de Octubre de 1517 Martín Lutero clava en la puerta de la catedral de Wittenberg, Alemania, las 95 tesis contra la práctica de la iglesia romana en relación con la venta de indulgencias dando origen a lo que la historia conoce como la Reforma Religiosa del S XVI. Esto provocó la reacción de la iglesia católica romana y exigió al monje agustino a que se retractara de su acción y de más de veinte libros que había escrito. Fue así como, cuatro años más tarde, se instaló la célebre Dieta Worms que se llevó a cabo del
28 de Enero al 25 de Mayo en la ciudad alemana de Worms y fue precedida por el joven emperador Carlos V. Los días cumbres de esta dieta fue el 16 y 17 de abril cuando compareció Martín Lutero, los asistentes esperaban que Lutero se retractase y pidiese perdón a la Iglesia católica romana por haber cometido la insolencia de hablar contra las doctrinas y prácticas de esta institución. Después de pedir una tregua de un día Lutero compareció ante dieta el 17 de abril a las 4 de la tarde y ante expectativa de decenas de personalidades pronunció su célebre respuesta, la cual registra el famoso historiador argentino, don Juan C. Varetto: "Puesto que exigen de mí una respuesta clara y precisa, la daré, y es ésta: No puedo someter mi fe ni al papa ni a los concilios, porque es claro, como la luz del día, que a menudo han caído en el error, y en grandes contradicciones con ellos mismos. Si no se me convence por el testimonio de las Escrituras, o por razones evidentes, si no se me persuade por los mismos pasajes que he citado, y si no cautivan mi conciencia con la Palabra de Dios, no puedo ni quiero retractarme de nada porque el cristiano no debe hablar contra su conciencia." Luego dirigiendo una fuerte mirada a la asamblea añadió estas impresionantes palabras: "Aquí estoy. No puedo obrar de otro modo. ¡Que Dios me asista! ¡Amén!". Varetto añade: El auditorio quedó estupefacto. Nadie ponía en duda la sinceridad y grandeza de esta alma. Todos comprendieron que la hora era grave. Con esta declaración nació la iglesia evangélica como se le llamó a las iglesias luteranas.

Una vez allanado el camino surgieron otros reformadores famosos como Zwinglio en Zurich y Calvino en Ginebra. A las iglesias dirigidas por éstos hombres se les llamó iglesias reformadas. El movimiento de reforma religiosa se expandió por la Europa del S XVI surgiendo en los siglos siguientes los Cuáqueros o Iglesia amigos, con Jorge Fox, El metodismo con Juan Wesley, los presbiterianos con Juan Knox, la iglesia Bautista con Juan Smyth y Tomás Helwys, la iglesia menonita con Mennon Simons, entre otras.

La reforma religiosa emprendida por Lutero desató lo que la historia de la Iglesia llama, la Contrarreforma, es así como el Papa Pablo III en el año 1540 aprueba los estatutos de la Compañía de Jesús, conocidos como los jesuitas comandados por Ignacio de Loyola, quien había protestado obediencia al Papa y tenía como meta orquestar la lucha contra la iglesia evangélica, lo cual fue confirmado en el Concilio de Trento que se celebró de 1545 a 1563. Una de los brazos de la lucha contra el protestantismo fue la tristemente célebre Santa Inquisición que torturó y ejecutó a los herejes entre ellos hombres de la talla de Jerónimo de Savonarola o Juan Huss entre miles de personas más. Es importante recordar que antes de 1965 los protestantes fuimos considerados herejes, pero a raíz de una resolución del Concilio Vaticano II que reza de la siguiente manera: Lograr la mejor interrelación con las demás religiones, principalmente las orientales la Iglesia católica romana cambió su política frente aquellos que piensan diferente. Aquí entró en escena los evangélicos quienes dejamos de ser oficialmente herejes y nos etiquetaron simplemente como hermanos separados.

Lo curioso de todo esto es que aquel clamor de Lutero el 17 de Abril de 1521, es decir, hace 492 años, en el sentido de: "Por esto os conjuro, por la misericordia de Dios, Serenísimo Emperador, y a vosotros muy ilustres príncipes, y todos los demás, de alto o bajo rango, a que me probéis por los escritos de los profetas y los apóstoles que yo me he equivocado. Una vez que yo haya sido convencido, retractaré todos mis errores y seré el primero en tomar mis escritos y arrojarlos a las llamas" todavía no ha sido resuelto y nunca se probó "nuestro error" a la humanidad por los escritos de los profetas y los apóstoles de lo que la Iglesia evangélica sostiene como el fundamento de su fe. A continuación señalamos esencias de "nuestros errores" según la Iglesia católica romana:

Creemos que la cabeza de la Iglesia es Jesucristo como nos lo enseña la epístola a los Colosenses, y que su cuerpo es la Iglesia como nos enseña la epístola a los Efesios. Nunca jamás un hombre puede ser la cabeza de la Iglesia.

Creemos que la salvación es por fe en Jesucristo solamente. El ser humano necesita arrepentirse de sus pecados, confesarlos y pedirle perdón a Dios y comenzar a vivir una vida digna del evangelio. A esto la Biblia le llama el nuevo nacimiento. No existe salvación por ritos, sacramentos u obras. El Justo por la fe vivirá.

Creemos que solo existe un mediador entre Dios y los hombres. Jesucristo. Nadie puede ir al Padre sino por Él. No existe ningún ser humano que pueda interceder por nosotros.

Creemos que la Biblia es inspirada por el Espíritu Santo, por lo tanto no tiene errores y que es la única norma de fe y de conducta del creyente. La Biblia está por encima de los estatutos de cualquier iglesia, por encima de las resoluciones de cualquier concilio o sínodo, por encima de la palabra de cualquier hombre, la Biblia es la Palabra de Dios y ésta prevalece ante cualquier otra palabra.

Creemos en un Dios celoso y no practicamos la idolatría ni veneramos a ningún ser humano vivo o muerto.

Creemos en el sacerdocio universal del creyente. Cada hombre nacido de nuevo es un sacerdote de Dios y puede predicar, evangelizar y servir en la Iglesia, no necesita pertenecer a ningún grupo privilegiado de personas.

Creemos que debemos vivir en santidad y justicia todos los días de nuestra vida, que ser cristiano es ser un seguidor de Jesucristo, no seguir una confesión religiosa, llámese como se llame.Creemos que hay un día de juicio donde Dios juzgará a vivos y muertos. El que haya nacido de nuevo verá la gloría de Dios y el que no haya nacido de nuevo irá a un lugar que Jesucristo llama infierno en los Evangelios.

En resumen, quiero dejar claro que Lutero no era un santo inmaculado y un verdadero dechado de virtudes, por lo tanto no lo estamos canonizando en este escrito, sin embargo, la esencia de su pensamiento, que provocó la reforma religiosa del S XVI que dio origen a lo que se llamó en la Dieta de Spira de 1529, los protestantes, es completamente apegado a las Escrituras y todas las declaraciones expuestas en este artículo bajo el epíteto creemos nunca han sido probadas como bíblicamente erróneas. El clamor de Lutero hace 492 años no ha sido contestado como él demandó con los Escritos de los profetas y de los apóstoles y no ha sido contestado porque no puede ser contestado con la Biblia. Lo que hemos expuesto como creemos... es lo que cree un evangélico y lo que lo diferencia de cualquier otro ser humano sobre la faz de la tierra. Si existiese una persona que se declarase evangélico y no estuviera de acuerdo con estas declaraciones, puede ser cualquier cosa menos un evangélico o protestante. Esto somos nosotros, esta es la esencia de nuestro pensamiento, así fue como surgimos, en cumplimiento a la profecía que profiriera Juan Huss antes de ser quemado en la hoguera por la Iglesia romana en 1415 "Vas a asar un ganso (siendo que Huss significa ganso en lengua bohemia), pero dentro de un siglo te encontrarás con un cisne que no podrás ni asar ni hervir." Martín Lutero, apareció al cabo de unos cien años después, y en cuyo escudo de armas figuraba un cisne.

Termino con la célebre frase del poeta y filósofo español, Jorge Agustín Nicolás Ruíz de Santayana escrita en la entrada del bloque 4 de Auschwitz: El que olvida su historia, está condenado a repetirla.