LA SODOMÍA ES ABOMINACIÓN
La sodomía no es cualquier pecado, la
Biblia claramente lo trata como ABOMINACIÓN (Levítico 18:22), de hecho, esa fue
la causa para que Dios mismo interviniera trayendo juicio sobre Sodoma,
Gomorra, Adma, Zeboim y la región de Zoar, lo que actualmente es la región del
mar muerto; también, el Señor dio mandamientos al pueblo de Israel y a Su
Iglesia para advertir el grave peligro y el juicio de Su parte por este pecado
en medio de su pueblo (Deuteronomio 23:17; Tito 1:8-11).
Actualmente, debido a la pobreza y
muchas necesidades en diferentes aspectos en nuestros países, hemos sido
sometidos a presiones de organismos internacionales para la aprobación de este
tipo de leyes a cambio de préstamos o “ayudas” promoviendo el matrimonio entre
personas del mismo sexo, lo cual es una verdadera aberración, ya que el
matrimonio lo instituyó Dios y hay un diseño ya establecido por Él (el hombre dejará
a su padre y madre y se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne.
Génesis 2:24; Mateo 19:5; Marcos 10:7; Efesios 5:31). Sin embargo, debido a que
estos organismos son dirigidos por personas que son afines a estas prácticas
aberrantes, los cuales tienen el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la
ignorancia que en ellos hay y por la dureza de su corazón. (Efesios 4:18;
Romanos 1:21). No solo pretenden presionar que este tipo de prácticas sean
legalizadas, sino también porque el aborto sea permitido, la legalización del
uso de drogas, etc.; debemos recordar que en las leyes terrenales no todo lo legal
es justo, ya que los que administran justicia muchas veces se prestan para
diseñar y aprobar leyes que van contra los intereses justos de la mayoría; ya
el apóstol Pedro y Juan le respondieron a los religiosos de su tiempo: “Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes
que a Dios” Hechos 4:19. Las leyes divinas están por encima de las leyes
terrenales, y muchas veces nuestras autoridades para justificar sus malas
acciones aprueban leyes por intereses egoístas, deformándose completamente el
concepto de justicia y democracia que supuestamente impera en nuestros países,
en estos casos, lo que impera es el capricho de una minoría imponiéndose sobre
las mayorías que no estamos a favor de este tipo de leyes, aunque pudiera pasar
que en ciertos casos las mayorías estén
totalmente equivocados, ya que “la voz del pueblo NO ES la voz de Dios” tal
como sucedió cuando la mayoría del pueblo de Israel al salir de Egipto le
pidieron a Aaron les hiciera un becerro de oro para adorarlo, en el tiempo del
profeta Samuel pidieron un rey como las naciones paganas, dejando el gobierno
del Rey de reyes y cuando Jesús fue juzgado pidieron que soltaran a un homicida
llamado Barrabás y que Jesús fuera crucificado.
Como Iglesia debemos oponernos firmemente
a este tipo de prácticas, debemos hacer vallado, estorbar, ser obstáculo para
que el reino de las tinieblas no prevalezca, no debemos ser fatalistas, aunque
sabemos que estamos viviendo tiempos postreros no debemos conformarnos diciendo
que son las señales de los últimos tiempos y con esa “justificación” cruzarnos
de brazos y no hacer nada, el consejo bíblico es: “No tengan nada que ver con las obras
infructuosas de la oscuridad, sino más bien denúncienlas, porque da vergüenza
aun mencionar lo que los desobedientes hacen en secreto. Pero todo lo que la
luz pone al descubierto se hace visible, porque la luz es lo que hace que todo sea
visible. Por eso se dice: «Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los
muertos, y te alumbrará Cristo.» Así que
tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno,
porque los días son malos.” Efesios 5:11-16; recordemos que las armas que debemos utilizar son espirituales y la lucha nos es
contra seres humanos, sino contra fuerzas espirituales malignas que influencian
a estas personas.
Juan el bautista no tuvo temor de denunciar
el pecado de las autoridades de su tiempo, aunque eso le costó ser enviado a la
cárcel y finalmente ser decapitado. Ese es el precio por obedecer la causa de
Cristo. Iglesia del Señor: “alégrense de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para que también
sea inmensa su alegría cuando se revele la gloria de Cristo. Dichosos ustedes
si los insultan por causa del nombre de Cristo, porque el glorioso Espíritu de
Dios reposa sobre ustedes. Que ninguno tenga que sufrir por asesino, ladrón o
delincuente, ni siquiera por entrometido. Pero si alguien sufre por ser
cristiano, que no se avergüence, sino que alabe a Dios por llevar el nombre de
Cristo. Porque es tiempo de que el juicio comience por la familia de Dios; y si
comienza por nosotros, ¡cuál no será el fin de los que se rebelan contra el
evangelio de Dios! «Si el justo a duras penas se salva, ¿qué será del impío y
del pecador?» Así pues, los que sufren según la voluntad de Dios, entréguense a
su fiel Creador y sigan practicando el bien.” 1Pedro 4:13-19
Es importante afirmar que nuestro
llamado como creyentes es predicar el evangelio de nuestro Señor que incluye “anunciar
las consecuencias de vivir en contra de la voluntad de Dios y la esperanza que
hay en Cristo para perdón de los pecados cuando de todo corazón nos
arrepentimos, dejando atrás el pecado y volviéndonos a Dios”, el apóstol Pablo
da una lista de pecados que HABÍAN en la vida pasada de muchos creyentes
(1Corintios 6:9-11) pero lo grandioso es que el poder de Dios se manifestó en aquellas
vidas y las nuestras. La vida antigua de pecado que antes llevábamos la hemos
dejado por completo y ahora nos da vergüenza recordar las perversidades que
hacíamos, a lo bueno llamábamos malo y a lo malo bueno.
En los grupos LGBT (Lésbico, Gay,
Bisexual y Transexual) el enemigo está promoviendo una gran mentira llamada
"el orgullo gay", gracias a Dios que muchas de estas personas que
antes promovían estas actividades y se sentían “orgullosas” han sido rescatadas
de ese gran engaño y ahora testifican del poder transformador de Cristo en sus
vidas. Nos dice Pablo en la primera carta a los corintios "Y eso eran
algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han
sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de
nuestro Dios." v. 11. Este pasaje nos permite ver con esperanza a aquellos
que aún no tienen a Cristo y vernos a nosotros mismos como producto de la
gracia de Dios y del valor de otros hermanos que nos compartieron el evangelio
de Cristo y que ahora nosotros estamos llamados a continuar la labor de buscar
y rescatar al perdido. También, vemos evidencias concretas que esta gente (LGBT)
puede ser rescatada de su vana manera de vivir, y no solamente ellos, sí no
también todos aquellos que andan en otro tipo de pecados, debemos alcanzarlos con
el evangelio, buscarlos y predicarles que aún hay esperanza en Cristo. Nadie puede
jactarse y justificarse que es mejor que
otro porque no practica la sodomía, pero si anda alejado de Dios haciendo otras
cosas que ofenden también a Dios anda igual de perdido, Santiago nos dice:
"Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo, bien hacéis; pero si hacéis acepción de personas,
cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores. Porque
cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace
culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha
dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has
hecho transgresor de la ley. Así hablad, y así haced, como los que habéis de
ser juzgados por la ley de la libertad. Porque juicio sin misericordia se hará
con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el
juicio." 2:8-13. Ampliando esto pudiéramos decir que quién no es homosexual
ni lesbiana pero anda en adulterio, o es codicioso, miente por deporte o anda
con rencor y raíz de amargura, está igual de perdido que estas personas.
Los cristianos somos como los bomberos, nuestro trabajo principal
es rescatar personas desde las mismas llamas del fuego, el infierno mismo les
espera sino cambian su conducta mediante una verdadera conversión a través de
la fe en Jesucristo. La Biblia nos dice en Judas 1:22-23 “Ayuden con amor a los que no
están del todo seguros de su salvación. Rescaten a los que necesitan salvarse
del infierno, y tengan compasión de los que necesitan ser compadecidos. Pero
tengan mucho cuidado de no hacer el mismo mal que ellos hacen.” Y Santiago nos
aconseja: “Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad,
y alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su
camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados.” Santiago 5:19-20
De allí la importancia de tomar muy en serio el
consejo de Pablo a Timoteo en su segunda carta: “En presencia
de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir en su reino y que juzgará a los
vivos y a los muertos, te doy este solemne encargo: Predica la Palabra;
persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha
paciencia, sin dejar de enseñar. Porque llegará el tiempo en que no van a
tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán
de maestros que les digan las novelerías que quieren oír. Dejarán de escuchar
la verdad y se volverán a los mitos. Tú, por el contrario, sé prudente en todas
las circunstancias, soporta los sufrimientos, dedícate a la evangelización;
cumple con los deberes de tu ministerio.” 2Timoteo 4:1-5
ES TIEMPO DE UTILIZAR LO MEJOR DE
NUESTROS RECURSOS (TIEMPO, FUERZAS, MEDIOS, TALENTOS Y DINERO) PARA DEDICARNOS
A LA EVANGELIZACIÓN.
No hay comentarios:
Publicar un comentario