martes, 18 de diciembre de 2012

LA SODOMÍA ES ABOMINACIÓN
La sodomía no es cualquier pecado, la Biblia claramente lo trata como ABOMINACIÓN (Levítico 18:22), de hecho, esa fue la causa para que Dios mismo interviniera trayendo juicio sobre Sodoma, Gomorra, Adma, Zeboim y la región de Zoar, lo que actualmente es la región del mar muerto; también, el Señor dio mandamientos al pueblo de Israel y a Su Iglesia para advertir el grave peligro y el juicio de Su parte por este pecado en medio de su pueblo (Deuteronomio 23:17; Tito 1:8-11).

Actualmente, debido a la pobreza y muchas necesidades en diferentes aspectos en nuestros países, hemos sido sometidos a presiones de organismos internacionales para la aprobación de este tipo de leyes a cambio de préstamos o “ayudas” promoviendo el matrimonio entre personas del mismo sexo, lo cual es una verdadera aberración, ya que el matrimonio lo instituyó Dios y hay un diseño ya establecido por Él (el hombre dejará a su padre y madre y se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne. Génesis 2:24; Mateo 19:5; Marcos 10:7; Efesios 5:31). Sin embargo, debido a que estos organismos son dirigidos por personas que son afines a estas prácticas aberrantes, los cuales tienen el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay y por la dureza de su corazón. (Efesios 4:18; Romanos 1:21). No solo pretenden presionar que este tipo de prácticas sean legalizadas, sino también porque el aborto sea permitido, la legalización del uso de drogas, etc.; debemos recordar que en las leyes terrenales no todo lo legal es justo, ya que los que administran justicia muchas veces se prestan para diseñar y aprobar leyes que van contra los intereses justos de la mayoría; ya el apóstol Pedro y Juan le respondieron a los religiosos de su tiempo: “Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios” Hechos 4:19. Las leyes divinas están por encima de las leyes terrenales, y muchas veces nuestras autoridades para justificar sus malas acciones aprueban leyes por intereses egoístas, deformándose completamente el concepto de justicia y democracia que supuestamente impera en nuestros países, en estos casos, lo que impera es el capricho de una minoría imponiéndose sobre las mayorías que no estamos a favor de este tipo de leyes, aunque pudiera pasar que en  ciertos casos las mayorías estén totalmente equivocados, ya que “la voz del pueblo NO ES la voz de Dios” tal como sucedió cuando la mayoría del pueblo de Israel al salir de Egipto le pidieron a Aaron les hiciera un becerro de oro para adorarlo, en el tiempo del profeta Samuel pidieron un rey como las naciones paganas, dejando el gobierno del Rey de reyes y cuando Jesús fue juzgado pidieron que soltaran a un homicida llamado Barrabás y que Jesús fuera crucificado.

Como Iglesia debemos oponernos firmemente a este tipo de prácticas, debemos hacer vallado, estorbar, ser obstáculo para que el reino de las tinieblas no prevalezca, no debemos ser fatalistas, aunque sabemos que estamos viviendo tiempos postreros no debemos conformarnos diciendo que son las señales de los últimos tiempos y con esa “justificación” cruzarnos de brazos y no hacer nada, el consejo bíblico es: “No tengan nada que ver con las obras infructuosas de la oscuridad, sino más bien denúncienlas, porque da vergüenza aun mencionar lo que los desobedientes hacen en secreto. Pero todo lo que la luz pone al descubierto se hace visible,  porque la luz es lo que hace que todo sea visible. Por eso se dice: «Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo.»  Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios,  aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos.” Efesios 5:11-16; recordemos que las armas que debemos utilizar son espirituales y la lucha nos es contra seres humanos, sino contra fuerzas espirituales malignas que influencian a estas personas.

Juan el bautista no tuvo temor de denunciar el pecado de las autoridades de su tiempo, aunque eso le costó ser enviado a la cárcel y finalmente ser decapitado. Ese es el precio por obedecer la causa de Cristo. Iglesia del Señor: “alégrense de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para que también sea inmensa su alegría cuando se revele la gloria de Cristo. Dichosos ustedes si los insultan por causa del nombre de Cristo, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre ustedes. Que ninguno tenga que sufrir por asesino, ladrón o delincuente, ni siquiera por entrometido. Pero si alguien sufre por ser cristiano, que no se avergüence, sino que alabe a Dios por llevar el nombre de Cristo. Porque es tiempo de que el juicio comience por la familia de Dios; y si comienza por nosotros, ¡cuál no será el fin de los que se rebelan contra el evangelio de Dios! «Si el justo a duras penas se salva, ¿qué será del impío y del pecador?» Así pues, los que sufren según la voluntad de Dios, entréguense a su fiel Creador y sigan practicando el bien.” 1Pedro 4:13-19 

Es importante afirmar que nuestro llamado como creyentes es predicar el evangelio de nuestro Señor que incluye “anunciar las consecuencias de vivir en contra de la voluntad de Dios y la esperanza que hay en Cristo para perdón de los pecados cuando de todo corazón nos arrepentimos, dejando atrás el pecado y volviéndonos a Dios”, el apóstol Pablo da una lista de pecados que HABÍAN en la vida pasada de muchos creyentes (1Corintios 6:9-11) pero lo grandioso es que el poder de Dios se manifestó en aquellas vidas y las nuestras. La vida antigua de pecado que antes llevábamos la hemos dejado por completo y ahora nos da vergüenza recordar las perversidades que hacíamos, a lo bueno llamábamos malo y a lo malo bueno.

En los grupos LGBT (Lésbico, Gay, Bisexual y Transexual) el enemigo está promoviendo una gran mentira llamada "el orgullo gay", gracias a Dios que muchas de estas personas que antes promovían estas actividades y se sentían “orgullosas” han sido rescatadas de ese gran engaño y ahora testifican del poder transformador de Cristo en sus vidas. Nos dice Pablo en la primera carta a los corintios "Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios." v. 11. Este pasaje nos permite ver con esperanza a aquellos que aún no tienen a Cristo y vernos a nosotros mismos como producto de la gracia de Dios y del valor de otros hermanos que nos compartieron el evangelio de Cristo y que ahora nosotros estamos llamados a continuar la labor de buscar y rescatar al perdido. También, vemos evidencias concretas que esta gente (LGBT) puede ser rescatada de su vana manera de vivir, y no solamente ellos, sí no también todos aquellos que andan en otro tipo de pecados, debemos alcanzarlos con el evangelio, buscarlos y predicarles que aún hay esperanza en Cristo. Nadie puede jactarse y justificarse que es  mejor que otro porque no practica la sodomía, pero si anda alejado de Dios haciendo otras cosas que ofenden también a Dios anda igual de perdido, Santiago nos dice: "Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores. Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley. Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio." 2:8-13. Ampliando esto pudiéramos decir que quién no es homosexual ni lesbiana pero anda en adulterio, o es codicioso, miente por deporte o anda con rencor y raíz de amargura, está igual de perdido que estas personas.

Los cristianos somos como los bomberos, nuestro trabajo principal es rescatar personas desde las mismas llamas del fuego, el infierno mismo les espera sino cambian su conducta mediante una verdadera conversión a través de la fe en Jesucristo. La Biblia nos dice en Judas 1:22-23 “Ayuden con amor a los que no están del todo seguros de su salvación. Rescaten a los que necesitan salvarse del infierno, y tengan compasión de los que necesitan ser compadecidos. Pero tengan mucho cuidado de no hacer el mismo mal que ellos hacen.” Y Santiago nos aconseja: “Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados.” Santiago 5:19-20 

De allí la importancia de tomar muy en serio el consejo de Pablo a Timoteo en su segunda carta: “En presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir en su reino y que juzgará a los vivos y a los muertos, te doy este solemne encargo: Predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar. Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír. Dejarán de escuchar la verdad y se volverán a los mitos. Tú, por el contrario, sé prudente en todas las circunstancias, soporta los sufrimientos, dedícate a la evangelización; cumple con los deberes de tu ministerio.” 2Timoteo 4:1-5 

ES TIEMPO DE UTILIZAR LO MEJOR DE NUESTROS RECURSOS (TIEMPO, FUERZAS, MEDIOS, TALENTOS Y DINERO) PARA DEDICARNOS A LA EVANGELIZACIÓN.

No hay comentarios:

Publicar un comentario