miércoles, 28 de noviembre de 2012

EL ALTAR FAMILIAR NO TIENE SUSTITUTO
 

El altar Familiar es un proceso de instrucción espiritual generacional en casa, en la cual los padres apartan deliberadamente un tiempo en la agenda familiar para tener un momento de comunión y aprendizaje de la palabra de Dios con la participación de todos los miembros sin importar la edad. Lo ideal es hacerlo durante varios días en la semana de forma permanente, ya que esto fomenta la disciplina de cada miembro de la familia para la formación del carácter conforme a la voluntad de Dios, y por ende, no serán personas influenciadas por la sociedad que promueve los antivalores del reino de Dios, al contrario, serán personas de influencia para que otros vean a Cristo en sus vidas en todas sus acciones y lenguaje. Nuestra sociedad cada vez más decadente de principios y valores espirituales es producto de lo que en lo micro no se ha hecho a nivel familiar, por tanto, ahora necesitamos urgentemente volver a la aplicación de el Altar Familiar.

Ya en el Antiguo Testamento de la Biblia encontramos: “Ama al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalas a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una marca; escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus ciudades. Deuteronomio 6:5-9.

En el Nuevo Testamento, también encontramos un gran ejemplo, el de Timoteo, un joven que fue producto de esa instrucción que comenzó con su abuela y siguió con su mamá, dice así en 2 Timoteo 1:3-5: Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día; deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo; trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.”

¿Que podríamos incluir en el Altar Familiar?
1. Honrar y santificar a Dios.
2. Enseñar y aplicar los principios del reino de Dios.
3. Buscar y conocer la voluntad de Dios.
4. Incluir la petición de nuestras necesidades.
5. Confesar y pedir perdón por nuestros pecados.
6. Perdonar a otros que nos han ofendido.
7. Reconocer nuestra debilidad y pedir protección y fortaleza a Dios.

Es importante comenzar ahora mismo, ya que un día estaremos viendo como espectadores a nuestros hijos grandes producto de lo que hicimos en sus primeras etapas de vida, además, un dia estaremos frente a frente a nuestro Dios, Él cual nos pedirá cuentas de aquello que nos entrego para administrarlo fielmente.
"Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa. Como flechas en las manos del guerrero son los hijos de la juventud." Salmos 127:3

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