jueves, 14 de noviembre de 2013

HERENCIA DEL SEÑOR 


Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa. Salmos 127:4


¿Qué hacer con esa herencia?
Los hijos son una bendición para cada familia, especialmente para los padres (papá y mamá), sin e

mbargo, son una gran responsabilidad, ya que un día tendremos que dar cuenta de la buena o mala mayordomía que ejercimos sobre ellos.
La Biblia, que es la Palabra de Dios, nos da muchos consejos que debemos seguir para tener la garantía de contar con hijos ejemplares, con el propósito que les vaya bien a ellos como hijos y que los padres puedan tener tranquilidad, paz y satisfacción por haber cumplido con el rol de padres que Dios nos asignó. Muchas veces solamente nos preocupamos por proveerles a nuestros hijos de las necesidades materiales e intelectuales; es decir, nos esforzamos para que puedan tener lo necesario para su comida y vestido, también nos esforzamos por proveerles una buena educación y hasta les exigimos fuertemente que se levanten temprano, que estudien con mucho esfuerzo y dedicación y aunque todo eso no está malo, debemos reconocer que lo más importante que tenemos enseñarles a nuestros hijos es su relación con Dios, ya que esto les asegurará su destino eterno. Entonces, ¿Que debemos hacer?

1. Instruirlos en el temor al Señor. Si queremos instruir a nuestros hijos en el temor al Señor, debemos primeramente, nosotros como padres tener a Jesucristo en nuestra vida como Señor y Salvador personal, no solamente tenerlo como una simple creencia religiosa heredada, sino como una evidencia real en nuestro diario caminar. Instruir a nuestros hijos debe comenzar por el buen ejemplo que como padres les estemos dando, y que mejor que seguir los parámetros establecidos en la Biblia. Por ello, se requiere que seamos conocedores de la Palabra de Dios, que la apliquemos a diario, para así tener la autoridad espiritual y moral para influenciarlos.

2. Entonces debemos enseñarles a orar, es decir, platicar con el Dios eterno, nuestro Creador, debemos tener comunión con Él, dándole gracias por sus bondades y misericordias que son nuevas cada mañana. Debemos enseñarles la necesidad de conocerlo a Él, y solamente a través de Su Palabra podemos saber cuál es Su voluntad, allí encontramos sus consejos para cada área de nuestra vida, que decisiones tomar en lo espiritual, en lo relacional, en lo laboral, en nuestras finanzas, etc. Así mismo, es importante transmitirles la necesidad de congregarse en una Iglesia donde podamos aprender más acerca de Cristo como único camino al Padre, como Señor de nuestras decisiones y el Salvador de nuestras vidas. Allí en la iglesia se nos permitirá servir con los talentos y dones que Dios nos dio, se nos permite ayudar a otros y compartir para las necesidades de otras personas.

3. Disciplinarlos. La misma Palabra de Dios nos dice “Hijo mío, no desprecies la disciplina del SEÑOR, ni te ofendas por sus reprensiones. Porque el SEÑOR disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido.” Proverbios 3:11-12. Tan necesario es la disciplina que la Biblia lo compara como una muestra de amor, sin embargo, debemos entender que la disciplina no significa siempre el castigo físico, hay muchas formas de disciplina necesarias que es necesario aplicar con mucha sabiduría. Ya que no podemos ser impulsados por un momento de ira o por una situación particular que no conocemos a fondo, obviamente, este es un tema muy amplio, pero como padres deberíamos buscar sabiduría sobre la forma de corregir a nuestros hijos. Hebreos 12:11 nos dice al respecto “Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.”

Estos son algunos puntos importantes que debiéramos considerar desde este momento y aplicarlos para ver hijos responsables, respetuosos, obedientes, humildes, serviciales y sobre todo con el temor a Dios en sus corazones. Ya el proverbista nos aconseja “Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará.” Proverbios 22:6

HHR

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