jueves, 14 de noviembre de 2013

EL ALCOHOLISMO NO ES UNA ENFERMEDAD… ES UN GRAVE PECADO

Muchas personas en fechas festivas o de celebración inician el triste proceso del alcoholismo, pensando que el alcohol nunca los va a llegar a controlar. Sin embargo, la realidad es o
tra, lo que empezó como un juego, un tiempo de diversión o un pretexto para “celebrar”, luego poco a poco se fue convirtiendo en una verdadera atadura. Millones de personas a nivel mundial han sido víctimas del engaño del enemigo que con astucia les ofrece placer y felicidad a través de estas artimañas, sin embargo, sus vidas iniciaron un proceso negativo de completo deterioro y desastre tanto individual como familiar.

Desde el Génesis vemos las consecuencias negativas que trae el embriagarse, relata la Biblia que Noé cuando se embriagó perdió toda vergüenza a tal grado que sin darse cuenta quedo desnudo. (Génesis 9:21)

Ya la ley mosaica incluía una sentencia severa para los borrachos de aquel tiempo, describiendo la borrachera como un acto de maldad y digno de muerte, dice Deuteronomio 21:20-21: “y dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es glotón y borracho. Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá; así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá, y temerá.”

El alcoholismo de ninguna manera es una enfermedad como muchos aseguran, claramente la Biblia lo describe como una obra de la carne, comparándolo en igualdad a otras perversidades humanas. Dice Gálatas 5:19-21 “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, BORRACHERAS, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

La realidad es que muchísima gente muere por enfermedades naturales y cuando todos aquellos que mueren por una enfermedad y tienen a Cristo inmediatamente heredan el reino de los cielos, vemos el caso del gran profeta de Dios, Eliseo en 2Reyes 13:14 “Estaba Eliseo enfermo de la enfermedad de que murió.” No obstante quién muere en pecado sin arrepentirse producto del alcoholismo es igual como cuando muere un homicida, un adúltero, un mentiroso, un homosexual, un ladrón, etc. dice apocalipsis 21:8 que tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

De allí lo serio que es tomar la advertencia bíblica y atender su consejo. Un texto bíblico que nos retrata perfectamente la advertencia de no caer en el alcoholismo, el proceso y las consecuencias, es el que se encuentra en Proverbios 23, en el versículo 20 al 21 nos dice: “No estés con los bebedores de vino, Ni con los comedores de carne; Porque el bebedor y el comilón empobrecerán, Y el sueño hará vestir vestidos rotos.”

Aquí tenemos la primera advertencia comenzando con “no estés con los bebedores”, y es que hay una consecuencia que la mayoria no quiere advertir que es “el bebedor empobrecerá…” por eso vemos en las calles y avenidas a muchos que en algún tiempo tuvieron bienes, familia, buenos trabajos y “amigos”, que finalmente lo abandonaron. En las calles y cantinas hay muchos profesionales como abogados, ingenieros, medicos, etc. que no aprovecharon el talento y el esfuerzo realizado para obtener un título que bién pudo convertirse en una bendición para su vida, familia y sociedad, y no convertirse en una verdadera carga y tormento para los suyos.

Continúa el relato describiendo a aquél o aquella que no hizo caso a la advertencia, sino que se apoyó en su propia prudencia diciéndose: solo será esta vez, a mi no me domina esto, es que si no estoy en la celebración la gente pensará que soy antisocial, necesito un trago para animarme, etc, engaño tras engaño lo cual lo describe en los versículos 29-35 del mismo capítulo:
“¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos? Para los que se detienen mucho en el vino, Para los que van buscando la mistura. No mires al vino cuando rojea, Cuando resplandece su color en la copa. Se entra suavemente; Mas al fin como serpiente morderá, Y como áspid dará dolor. Tus ojos mirarán cosas extrañas, Y tu corazón hablará perversidades. Serás como el que yace en medio del mar, O como el que está en la punta de un mastelero. Y dirás: Me hirieron, mas no me dolió; Me azotaron, mas no lo sentí; Cuando despertare, aún lo volveré a buscar.”

La descripción de aquel que ha caído en un estado tan bajo de adicción es que no le importa lo que pasa ni lo que le hacen, es más, está decidido a continuar en ese bajo mundo hasta que terminar con su existencia.

La verdad es que para pasarla bien, para estar feliz y compartir con familiares, amigos y compañeros de estudio o trabajo de ninguna manera necesitamos que haya alcohol como punto central de cualquier reunión o celebración. Tristemente, el alcohol ha llegado a tal grado de atracción entre la gente que cualquier pretexto es “bueno para celebrar” con tal que haya alcohol; hay bodas con alcohol, cumpleaños con alcohol, fines de semana con alcohol, partidos de futbol con alcohol, velorios con alcohol, etc, etc.

Se acerca la época de navidad y vemos los supermercados abarrotados de toda clase de bebidas embriagantes y en los centros de trabajo mucha gente obsequia botellas de vino al compañero, al jefe, etc. “para quedar bien”. Aún hemos visto casos de “cristianos” ser arrastrados y ser parte de estas “celebraciones” que en realidad son borracheras, muchos que en su vida pasada bregaron con este problema vuelven a caer en esas filosas garras echando a perder aquella buena obra que el Señor había comenzado.
¡Cuídate! No te permitas caer en las trampas del enemigo, se sobrio, vela y ora para que no caigas en tentación.

Si tu bregas con cualquier adicción, ya sea alcohol o las drogas, no es casualidad que estés leyendo esta reflexión, hoy es un buen día para salir de eso pozo profundo, ven a Cristo, ábrele la puerta de tu corazón y recíbelo por la fe. Dile ahora mismo: Señor reconozco que soy pecador, hoy me arrepiento de mis pecados, te necesito, entra a mi vida y se mi Dios y Salvador, creo con mi corazón que Jesús es el Hijo de Dios, que Él murió en mi lugar y que resucitó de entre los muertos, gracias Señor por perdonarme, por hacerme una nueva criatura e inscribirme en el libro de la vida, en el nombre de Jesús, amén.

Recuerda que en Cristo somos más que vencedores, y en Él todo lo podemos porque Él nos fortalece, la Biblia nos llama a dejar el alcohol o las drogas por algo mejor: “No se emborrachen, pues perderán el control de sus actos. Más bien, permitan que sea el Espíritu Santo quien los llene y los controle.” Efesios 5:18.

Como advertencia final encontramos en Efesios 6:10-13 un consejo certero para resistir cualquier ataque, dice así:

“Finalmente, dejen que el gran poder de Cristo les dé las fuerzas necesarias. Protéjanse con la armadura que Dios les ha dado, y así podrán resistir los ataques del diablo. Porque no luchamos contra gente como nosotros, sino contra espíritus malvados que actúan en los aires. Ellos imponen su autoridad y su poder en el mundo actual. Por lo tanto, ¡protéjanse con la armadura completa! Así, cuando llegue el día malo, podrán resistir los ataques del enemigo y se mantendrán firmes hasta el fin.”

Que nuestro buen Dios y Salvador Jesucristo les bendiga grandemente.

HHR

No hay comentarios:

Publicar un comentario