martes, 10 de julio de 2012


ACERCA DEL  BAUTISMO DE LOS CREYENTES  Por Adrian Rogers


Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
Mateo 28:19,20
El bautismo es una de las experiencias más importantes, significativas y hermosas de la vida cristiana. Usted será muy bendecido cuando se someta a él. No estoy hablando de una tradición de la iglesia, sino del bautismo bíblico. Puede ser que usted haya escuchado a alguien referirse a "la doctrina bautista del bautismo por inmersión". Eso no es una doctrina bautista. Si los bautistas tienen doctrina bautista, deben deshacerse de ella. También debemos anular la doctrina metodista y la doctrina episcopal, como tales, e ir a lo que dice la Biblia.
Si lo que le muestro no está en la Biblia, entonces no lo crea, pero si está en la Biblia, diga: "Lo creo porque es la Palabra de Dios".
Alguien puede decir: "El bautismo es sólo incidental. En realidad no hace ninguna diferencia". Quiero deshacer esa filosofía, si esa es su posición. El bautismo no es incidental, es fundamental. Nunca minimice lo que Dios ha maximizado.
Piense en el ministerio del Señor Jesucristo. Él tuvo un ministerio de tres años y medio. ¿Cómo comenzó? Bautizándose. ¿Cómo lo concluyó? Ordenando el bautismo, con la llamada Gran Comisión. Antes de ascender al Padre, él dijo: "Toda autoridad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado... " (Mateo 28:18-20).
Jesús lo ordenó. No debemos quitarle importancia a algo sobre lo cual Jesús enseñó tan fuerte y enfáticamente. Le mostraré por qué el bautismo es una doctrina tan importante en la Palabra de Dios.

El método del bautismo: inmersión

Algunos dicen: "La Biblia enseña toda clase de bautismos; por aspersión, por inmersión o por vertimiento de agua". No, así no es. Sólo hay un tipo de bautismo con agua enseñado en la Biblia, y es el de inmersión.

El ejemplo de Jesús

Veamos cómo fue bautizado Jesucristo. En Marcos 1:9, vemos un cuadro del bautismo de Jesús: "Aconteció en aquellos días que Jesús vino de Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán". El río aquí mencionado es el río Jordán. Jesús no fue bautizado cerca del Jordán o con agua del río Jordán, él fue bautizado en el río Jordán. El versículo 10 continúa diciendo: "Y enseguida, mientras subía del agua, vio que los cielos se abrían y que el Espíritu descendía sobre él como paloma". Ahora, si él subía del agua ¿dónde estaba? ¡Dentro del agua! La tinta negra sobre el papel blanco hace obvio que Jesús fue bautizado por inmersión.
Apropósito, ¿por qué hizo Jesús este viaje? La Biblia dice que fue de Nazaret de Galilea a donde estaba Juan en el Jordán. Eso significa aproximadamente 96 kilómetros. Este no era un bautismo de conveniencia. Juan no estaba bautizando ahí debido al paisaje. Yo he estado ahí, y no es un lugar bonito. ¿Por qué estaba bautizando Juan el Bautista en ese lugar? No tenemos que adivinar. Lo sabemos porque la Biblia nos lo dice en Juan 3:23: "Juan también estaba bautizando en Enón, junto a Salim, porque allí había mucha agua; y muchos venían y eran bautizados". Si bautizáramos por aspersión, podríamos bautizar a 7.000 personas con una vasija de agua. La razón por la que Juan bautizaba allí es simple: porque había mucha agua, y se necesita mucha agua para bautizar.

Un bautismo dificultoso
A veces bautizar presenta ciertas dificultades. Estuve en Kenya, en las afueras de Nairobi, e hice un viaje de misiones con otras personas para visitar una tribu de altos guerreros llamada Masai. Salimos al monte en un Land Rover y vimos gacelas saltando, junto con los avestruces, las cebras y los osos hormigueros de más de dos metros de alto. A medida que nos alejábamos, con el Kilimanjaro a la vista, llegamos a un pequeño pueblo masai donde nuestro amigo misionero había estado predicando el evangelio de Jesucristo.
Al ser salvos los masais, querían ser bautizados, pero como no había ningún estanque por allí, cavaron un hoyo en la tierra, lo que para mí parecía exactamente una tumba, y lo forraron con plástico. Luego trajeron agua en el Land Rover y lo llenaron. Aquellas personas fueron bautizadas en un hueco que parecía una tumba. Esto encaja, pues el bautismo realmente se asemeja a un entierro. Pero, ¿por qué tanta dificultad? ¿No habría sido mucho más fácil sólo sacar una cantimplora y rociarlos a todos?

El departamento de bomberos al rescate
El bautismo a veces es difícil. En la primera iglesia que pastoreé después de terminar mis estudios, el bautisterio tenía un pequeño grifo para el agua de un diámetro aproximado al tamaño de mi dedo pulgar. Por consiguiente, se necesitaba mucho tiempo para llenarlo con suficiente agua como para bautizar a la gente.
Anuncié que íbamos a tener un servicio de bautismos el domingo en la tarde, y algunas personas llegaron de fuera de la ciudad. Cuando llegué al templo miré el bautisterio; estaba completamente seco. El conserje había olvidado abrir el grifo, y yo sabía que se necesitaba toda la tarde para lograr que se llenara.
Entonces, dije:"Querido Dios, ¿qué voy hacer?".Y como tuve un momento de "inspiración", llamé al departamento de bomberos y les dije:
-¿Ustedes se especializan en las emergencias?
-Sí -dijeron ellos.
-Bien, tengo una emergencia -les dije.
Les pedí que enviaran un camión cisterna. Ellos llenaron de inmediato el bautisterio con agua mohosa, pero logré bautizar a la gente. Habría sido mucho más fácil hacerlo de alguna otra manera, pero había que bautizar por inmersión.
La primera persona que bauticé cuando todavía era yo un pastor joven, la bauticé en un riachuelo de la Florida. Dirigí a Willie Vereen a Cristo, y ella quería ser bautizada. Como yo no sabía bautizar, tampoco sabía cómo sostener a la persona, pero entramos al agua deslizándonos en el barro. Qué gran gozo fue. Era un día frío para la Florida, y cuando sus pies tocaron el agua fría, ella empezó a temblar, pero entramos al agua y la bauticé.
No siempre se hace fácil bautizar por inmersión. Recuerde que Jesús fue de Nazaret de Galilea al lodoso río Jordán para ser bautizado. ¿Por qué? "Juan también estaba bautizando en Enón, junto a Salim, porque allí había mucha agua" (Juan 9:23). Mucha gente busca la conveniencia en vez de mantenerse firme en su convicción. Creo que pronto veré algunas iglesias hacer miembros vía telefónica y bautizar sus fotografías. Lo cierto es que no debemos buscar conveniencias en la fe.

El ejemplo de Felipe y el etíope

El capítulo 8 de Hechos registra la historia de Felipe, que fue guiado por el Espíritu al desierto. Felipe se encontró con un etíope que iba viajando. Este había estado adorando en Jerusalén, y Felipe lo abordó y lo guió a Cristo. Entonces el hombre quiso ser bautizado. En Hechos 8:36 leemos: "Mientras iban por el camino, llegaron a donde había agua, y el eunuco dijo: 'He aquí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado?' ". Aquel eunuco era el tesorero de la reina Candace de Etiopía, y viajaba en un carruaje. Usted sabe que ellos tenían agua potable y tenían agua para bañarse. No necesitaban una tacita de agua para un servicio por aspersión.
Siguiendo en el versículo 38: "Y mandó parar el carro. Felipe y el eunuco descendieron ambos al agua, y él le bautizó". Ahora note esto: "Felipe y el eunuco descendieron ambos al agua, y él le bautizó". Ahora traduzcámoslo: "Los dos descendieron al agua, Felipe y el eunuco y Felipe lo sumergió". El versículo 39 sigue diciendo: "Cuando subieron del agua (si salieron del agua, ¿dónde estaban sino en el agua?), el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. Y el eunuco no le vio más, pues seguía su camino gozoso". Una vez más se aclara el punto: el bautismo bíblico es por inmersión. No siempre es fácil, pero ese es el método de realizar el bautismo.

El ejemplo de la iglesia primitiva

El bautismo por inmersión originalmente fue practicado por la iglesia cristiana primitiva. El bautismo por aspersión o por vertimiento empezó a usarse como una manera de bautizar a personas enfermas o postradas, pero el bautismo por inmersión era el método preferido. El bautismo por aspersión sólo fue adoptado por la Iglesia Católica Romana como método predominante en el siglo XIII.
Esto es evidente en los escritos de los padres de la iglesia primitiva: Tertuliano, 200 d. de J.C.: "Somos sumergidos".
Cirilo, Obispo de Jerusalén, 348 d. de J.C.: "El cuerpo se sumerge zambullido en agua".
Vitringa, 1700 d. de J.C.: "El acto de bautizar a los creyentes es la inmersión en el agua. Así también lo hicieron Cristo y sus apóstoles".
A finales del primer siglo y principios del segundo, la Epístola de Bernabé incluyó la siguiente descripción del bautismo cristiano: "De hecho entramos al agua llenos de pecado y deshonra, pero salimos llevando fruto en nuestro corazón con temor [de Dios], y en nuestro espíritu la confianza puesta en Jesús".
"Por consiguiente, este bautismo se da en la muerte de Jesús: el agua representa el entierro... el descender al agua, la muerte junto con Cristo; la salida del agua, la resurrección con él"[1].
Hipólito conserva el siguiente credo bautismal en sus escritos: "Cuando la persona que es bautizada entra en el agua, él lo bautiza, y poniendo su mano sobre él debe decir: '¿Cree usted en Dios, el Omnipotente Padre?'. Y la persona que se bautiza debe responder: 'Sí, creo"'[2].
También puede sorprenderle el hecho de que muchos de los fundadores y líderes de denominaciones que practican la aspersión reconocen en sus escritos la inmersión como el método bíblico original.
George Whitefield (metodista), comenta sobre Romanos 6:4: "De cierto, las palabras de nuestro texto son una alusión a la manera de bautizar por inmersión".
Conybeare y Howson (episcopales) comentan de Romanos 6:4: "Este pasaje no puede entenderse a menos que se entienda que el bautismo primitivo era por inmersión".
Juan Calvino (presbiteriano): "La misma palabra bautizar, significa inmersión, y es cierto que la inmersión era la práctica de la iglesia antigua"[3].
Martín Lutero (luterano): "Podría decir que el bautismo debería ser por inmersión total, de acuerdo con el significado de la palabra".
Philip Schaff (luterano): "La inmersión y no la aspersión, incuestionablemente fue la forma original del bautismo. Esto se muestra en el significado de la palabra griega y la analogía del bautismo de Juan hecha en el Jordán"[4].
En realidad, si usted algún día viaja a Europa y entra a alguna catedral antigua (hablo de catedrales católico romanas construidas antes del siglo XIII), encontrará que algunas tienen bautisterios como los que tienen los templos donde se acostumbra bautizar por inmersión; piletas donde uno puede sumergirse.
El bautismo en la iglesia cristiana empezó con la práctica de la inmersión total, la cual seguía el ejemplo dado por Jesús. Hasta que no se convirtió el cristianismo en la religión oficial del imperio romano, los primeros cristianos bautizaban a los convertidos en algún río o en casas privadas. Sin embargo, después del siglo IV las congregaciones comenzaron a construir edificios separados expresamente para el bautismo. Esta costumbre continuó hasta que la práctica de inmersión total desapareció en la edad media. Hay abundantes ejemplos de los primeros bautisterios para inmersión total. El bautisterio que está al lado de la torre inclinada de Pisa, es sólo un ejemplo entre muchos. Los historiadores dicen que en Italia hoy en día todavía existen 67 bautisterios (para bautizar por inmersión total) que datan del siglo IV hasta el XlV.
Bautisterios como el de Pisa fueron construidos aparte de la iglesia porque había bautismos sólo tres o cuatro veces por año (en Navidad, Pascua, Pentecostés y Epifanía). En algunos casos, cientos de personas eran bautizadas por el obispo, se les daban túnicas blancas y eran invitadas a unirse al resto de la familia de la iglesia en la puerta del lado de la catedral. Sin embargo, con el paso de los años, parece que se hizo más fácil simplemente regar un poco de agua sobre el candidato o incluso salpicar unas gotas (llamado afusión) sobre ellos. Un católico romano, el cardenal Gibbons, dijo: "Durante siglos, después del establecimiento del cristianismo, el bautismo normalmente se confería por inmersión, pero desde el siglo XII la práctica de bautizar por afusión ha prevalecido en la Iglesia Católica Romana, ya que este método es recibido con menos incomodidad que el bautismo por inmersión"[5].

Bautismo, una palabra sin traducir

¿Sabía usted que la palabra bautizar es básicamente una palabra sin traducción en su Biblia? Realmente es una palabra griega, que significa "sumergir".
La palabra era utilizada en el idioma ordinario no como una palabra religiosa. Una mujer que lava platos puede bautizarlos o sumergirlos. Si dos niños están jugando con agua, uno de ellos en lugar de decir: "Te voy a mojar", podría decir: "te voy a bautizar".
La palabra en sí no tenía nada que ver con religión[6]. Sencillamente significa "sumergir". Era sólo una palabra normal, ordinaria, sin significado religioso. Ahora tiene un significado religioso.
La palabra bautismo es una palabra sin traducir. Ha sido transliterada de un idioma y puesta en otro. ¿Por qué no la tradujeron?
Cuando Casidoro de Reina y Cipriano de Valera tradujeron el Nuevo Testamento decidieron no traducir la palabra baptizo, sino que la transliteraron. Así que lo que usted lee en su Biblia es una palabra sin traducir. Ellos sólo tomaron la palabra baptizo e hicieron una nueva palabra española a partir de ella.
Así que cada vez, si usted quiere, cuando lea la palabra bautismo, mentalmente puede hacer su propia traducción. La palabra significa "sumergir". En griego epicheo significa "verter", rantizo significa "rociar" y baptizo significa "sumergir". La Escritura no usa esas otras palabras para bautismo. Sólo usa la palabra baptizo que significa "poner bajo el agua o sumergir".
Algunas personas dicen: "Pero rociar se enseña en la Biblia", y encontrarán en alguna parte alguna ceremonia donde se rocía agua o un sacrificio en el que se rocía sangre. Cierto, la palabra rociar sí se usa, pero no tiene nada que ver con el bautismo.

El significado de bautismo

El significado y el método están inseparablemente entrelazados. Si cambia el método, se destruirá el significado. El método y el significado están unidos.

El bautismo describe la obra salvadora de Jesucristo

Pablo dice en Romanos 6:4-7:"Pues, por el bautismo fuimos sepultados juntamente con él en la muerte, para que así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. Porque así como hemos sido identificados con él en la semejanza de su muerte, también lo seremos en la semejanza de su resurrección. Y sabemos que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado; porque el que ha muerto ha sido justificado del pecado".
Este pasaje dice que el bautismo es la descripción de la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo y nuestra muerte, sepultura y resurrección con él. Recuerde que el bautismo es imagen y símbolo del evangelio salvador de Jesucristo. Esa es la razón por la que decimos que debemos aceptar el método porque si usted lo cambia destruye el símbolo.

Cascada o mesa de café, cualquiera sirve
Supongamos que usted, como nunca ha visto a mi esposa Joyce, me preguntara:
-Adrian, ¿está usted casado?
-Sí -le respondo.
-¿Cómo es su esposa? ¿Tiene una fotografía de ella?
-Sí, sí la tengo. ¿Le gustaría verla? -yo preguntaría.
-Sí, por supuesto -me respondería usted.
Así que tomo mi billetera y saco una foto. Quizá le muestro una foto de un automóvil de carreras, o de una cascada, o de una mesa de café. Entonces usted me preguntará intrigado:
-¿Eso es su esposa?
-No -le contesto yo-, pero cualquier foto sirve.
¿No sería eso ridículo? Si no se parece a ella, ¿por qué habría de mostrarle yo una mesa de café o una cascada, y decirle esta es mi esposa? No sirve. Eso no muestra a mi esposa.
El bautismo es un cuadro de una muerte, una sepultura y una resurrección. Usted no puede representar una sepultura salpicando unas gotas de agua en la cabeza de alguien. Cuando usted es sumergido en el agua, es puesto en una tumba líquida. "Pues, por el bautismo fuimos sepultados juntamente con él en la muerte, para que así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida" (Romanos 6:4). La salida del agua simboliza una resurrección. Resucitamos para andar en vida nueva.
¿Qué es el evangelio? "...que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día conforme a las Escrituras" (1 Corintios 15:3, 4). Ese es el evangelio. Y eso es lo que representa el bautismo, que nosotros nos identificamos con el Señor Jesús y su evangelio salvador.
Cuando Jesús fue bautizado, nos ilustró su muerte, su sepultura y su resurrección. Cuando nos bautizan ilustramos nuestra identidad con su muerte, su sepultura y su resurrección por nosotros.

Muerte y sepultura
Romanos 6:4 dice: "Pues, por el bautismo fuimos sepultados juntamente con él en la muerte ...". El bautisterio es una tumba líquida. El bautizar a alguien es un servicio fúnebre.
Mi bautismo fue simplemente un funeral del viejo Adrian. El viejo Adrian murió y el bautismo ilustró su sepultura. El único doliente que hubo fue el diablo. Él detestó verme morir, porque yo era su buen amigo. Así que el viejo Adrian está muerto y enterrado.
Esta es la razón por la que nadie debe bautizarse antes de haber sido salvo. Si alguien se bautizara antes de ser salvo, equivaldría a ser enterrado antes de morir. Cuando usted es salvo, muere a la vieja manera de vivir, y dice: "Adiós viejo mundo, adiós", y se convierte en una nueva persona y, ¡el bautismo lo ilustra!
"Así que los que recibieron su palabra fueron bautizados, y fueron añadidas en aquel día como tres mil personas" (Hechos 2:41). Primero ellos recibieron la palabra y luego fueron bautizados. En Hechos 10:46, 47 leemos: "pues les oían hablar en lenguas y glorificar a Dios. Entonces Pedro respondió: '¿Acaso puede alguno negar el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo, igual que nosotros?'''. Primero usted recibe el Espíritu Santo y luego se bautiza.
En Hechos 16:31-33, Pablo y Silas dijeron al carcelero de Filipos: "...'Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y tu casa'. Y le hablaron la palabra del Señor a él, y a todos los que estaban en su casa. En aquella hora de la noche, los tomó consigo y les lavó las heridas de los azotes. Y él fue bautizado en seguida, con todos los suyos". Primero, él oyó la palabra del Señor, creyó en Jesús y luego fue bautizado.

Novedad de vida
Cuando usted se bautiza está ilustrando su muerte con Jesús. Pero el bautismo no sólo es semejante a la sepultura de Jesús y su sepultura con él, sino que también muestra la resurrección de Jesús y su resurrección con él.
Usted no sólo es sepultado por el bautismo, sino que de acuerdo con la Escritura, también es resucitado.
Romanos 6:4 dice que somos resucitado s para que "andemos en novedad de vida". Como puede ver, es más que sumergimiento. Es inmersión. ¿Cuál es la diferencia? Con el sumergimiento no se puede volver a salir. ¡Estoy seguro que le va a gustar la diferencia! Usted desciende, es puesto bajo el agua y luego sale resucitado para caminar en vida nueva. Le decimos adiós al viejo mundo, y saludamos al nuevo hombre.

¡Sólo piénselo!
Piense en lo que esto ilustra. ¡He sido liberado de mi pecado! Mi pecado es enterrado en la tumba del olvido de Dios, ¡aleluya! Soy una nueva persona. El bautismo no sólo ilustra mi muerte y resurrección con Cristo, sino también mi glorificación final con él. Romanos 6:5 dice: "Porque así como hemos sido identificados con él en la semejanza de su muerte, también lo seremos en la semejanza de su resurrección".
Uno de estos días tendré un cuerpo como el cuerpo resucitado del Señor Jesucristo. Todo esto es ilustrado en el bautismo, muerte, sepultura y resurrección de Jesús por nuestros pecados, y nuestra identificación con su muerte, sepultura y resurrección.
Si el diablo pudiera quitarle tan sólo un mensaje a la iglesia, ¿cuál sería? Ni siquiera tiene que pensarlo mucho ¡el evangelio! Al diablo no le importa lo que usted crea con tal de que no crea el evangelio. ¿Cuál es la única ordenanza que enseña el evangelio vez tras vez? El bautismo. "Pues, por el bautismo fuimos sepultados juntamente con él en la muerte, para que así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. Porque así como hemos sido identificados con él en la semejanza de su muerte, también lo seremos en la semejanza de su resurrección" (Romanos 6:4, 5). El diablo ha hecho un trabajo muy sofisticado en algunas personas para que saquen esta maravillosa ilustración del evangelio de muchas de nuestras iglesias.
Suponga que yo muriera y usted me llevara al cementerio y dijera: "Enterremos a Adrian". Si pusiera algunos granos de arena sobre mi cabeza y me dejara a pleno sol, eso sería una desgracia. Usted no me puede enterrar con unos granos de arena. Tampoco lo puede hacer con unas gotas de agua. Somos sepultados con él por el bautismo para muerte. ¿Qué simboliza el bautismo? Simboliza la muerte, sepultura y resurrección de Jesús.

El bautismo enseña grandes doctrinas
El bautismo ilustra el Calvario, la Pascua, el Pentecostés y la segunda venida. Así como yo salgo del agua, en la segunda venida de Jesús, aunque mi cuerpo esté en la tumba, saldrá de ella, así como salí del agua después de ser bautizado. Estas son verdades magníficas que se enseñan por la ilustración del bautismo.

El motivo del bautismo

Hasta ahora en este capítulo hemos estudiado el método bíblico del bautismo, y espero haberle demostrado que es por inmersión. La forma como las personas fueron bautizadas en los tiempos bíblicos fue por inmersión. Yole he mostrado el significado. El bautismo ilustra la obra salvadora de Jesucristo. Ahora veamos el tercer aspecto, el motivo del bautismo. Permítame darle un motivo de tres partes.

Un Señor a quien confesar

Usted se identifica con el Señor Jesús cuando se bautiza. El bautismo muestra que usted es un hombre nuevo o una mujer nueva y que tiene un nuevo Señor. Muestra que usted no se avergüenza de Cristo. Cuando usted es bautizado delante de otras personas, está diciendo: "Yo creo en Jesús".
En los tiempos bíblicos la confesión de fe no consistía en pasar al altar. Muchas veces ni tenían edificios para la iglesia como tal. La confesión de fe era el bautismo. Cuando alguien era bautizado, decía: "Yo creo en Jesucristo. Me identifico con su muerte, sepultura y resurrección. No me avergüenzo de Jesús".

El bautismo no lo salva, muestra que usted ya es salvo
Nunca piense que el bautismo salva o que ayuda en la salvación. Ese sería un error trágico. El bautismo representa su salvación. Es una hermosa ilustración de lo que sucedió cuando usted fue salvo.
Es como el anillo de bodas que yo uso. Él no me hace ser casado, podría estar casado y no usado. Algunas personas pueden usar anillo sin estar casadas. Usarlo no me hace ser casado, y quitármelo no me hace ser soltero. Pero ¿sabe usted lo que ese anillo significa? Significa que no me avergüenzo de Joyce; no estoy tratando de engañar a alguien. Soy un hombre casado y pertenezco a esa dulce mujer. El anillo es sólo un símbolo, un emblema de que yo pertenezco a ella, y de que no me avergüenzo de ello.
El bautismo es simplemente la manera como usted dice: "Yo pertenezco a Jesucristo. He sido sepultado con él, su muerte tiene mi nombre y he resucitado con él. Su resurrección es la vida resucitada que estoy viviendo, y pertenezco a él".
Una vez que usted es salvo, siempre que le sea posible y tan pronto como pueda, debe bautizarse. Pero nunca confunda el simbolismo.

Usted necesita "anunciarlo"
Un domingo en la mañana en el servicio para niños, un pequeñito oró para recibir a Jesús en su corazón. Su papá le dijo: ''Vey dile al pastor que ya eres salvo y que necesitas ser bautizado". El niño fue donde el pastor y le dijo: "Mire, ya he sido salvado y necesito anunciado". ¡Eso me gusta! De eso se trata, cuando usted se bautiza, es anunciado. Está diciendo: "¡Oigan, miren! Pertenezco a Jesucristo".

Un mensaje para transmitir

He visto muchas veces que cuando alguien se bautiza, sus amigos y familiares llegan a la convicción. Eso es predicar el evangelio sin decir una palabra; es un sermón silencioso pero gráfico que dice: "Miren, al bautizarme estoy representando la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo. La antigua persona que era está muerta. Me estoy ofreciendo a aquel que murió por mí. Ya no me pertenezco".
La Escritura dice que he resucitado "para andar en novedad de vida". ¿Quién no querría predicar ese mensaje ante sus seres queridos? ¿Quién no querría dar ese testimonio si es verdaderamente salvo? Estoy convencido de que algunas mujeres no quieren bautizarse por no echar a perder su costoso peinado, una cosa trivial, o simplemente no quieren pasar por esa dura prueba. Pero Jesús fue colgado en la cruz por ellas y murió en agonía cruel. No, hay un Señor a quien confesar, hay un mensaje que llevar, y tercero, hay un mandato para cumplir.

Un mandato para cumplir

Jesús no pide que se bauticen, él lo ordena. La gran comisión dice: "Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo" (Mateo 28:19).
Ahora supongamos que me da un infarto y caigo al piso e intento decir algo. Usted diría: "Se está muriendo y quiere decir algo. Escúchenlo. Son sus últimas palabras. Debe ser importante para él".
Antes de regresar al cielo, Jesús dio unas últimas palabras: "Bautizándoles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:19, 20). No minimice lo que nuestro Señor ha maximizado. Cuando Cornelio y su casa fueron salvos, Pedro "...les mandó que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo" (Hechos 10:48).

"Si me amáis, guardaréis mis mandamientos" (Juan 14:15).
Aunque el bautismo no es necesario para la salvación, sí es necesario para la obediencia; y esta es necesaria para el gozo y la productividad en la vida cristiana. A veces usted podría decirle a Dios:
-¿Por qué no puedo entender más la Biblia? ¿Por qué no hay más poder en mi vida? Dios, enséñame lo que significa este versículo. Señor, no lo entiendo. Señor, enséñamelo.
-No te voy a enseñar nada -Dios podría decide.
-¿Por qué no, Señor? -usted podría preguntar.
-Pues porque ya te enseñé sobre el bautismo -podría Dios responderle-. Si no te has bautizado, ¿por qué he de mostrarte algo más? ¿Por qué debo darte más luz, cuando ya te he dado suficiente claridad sobre esto y te niegas a hacerlo?
La Biblia dice: "Porque al que tiene le será dado, y al que no tiene aun lo que tiene le será quitado" (Marcos 4:25). Para entender aquella parte de la Escritura que usted no entiende debe obedecer la parte que sí entiende. Cuando empiece a obedecer lo que entiende, se sorprenderá de cuánta nueva luz irrumpirá en su vida.
Hay un Señor a quien confesar, hay un mensaje que llevar y un mandato que cumplir. Dios nos ha ordenado bautizarnos.
De nuevo quiero aclarar que el bautismo, ya sea por medio de unas pocas gotas o en un tanque lleno, no puede quitar el pecado. Usted puede ser salvo en cualquier momento y en cualquier lugar. Si el bautismo es necesario para la salvación, entonces una persona en un desierto no podría ser salva porque allí no hay suficiente agua para ser bautizada. No, en cualquier momento y en cualquier lugar que alguien llame al arrepentimiento por la fe en Jesús, la persona puede ser salva.

No saque el "todo aquel" de la Biblia
Si usted hace del bautismo un requisito, tiene que quitar de la Biblia la expresión "todo aquel". Usted tendrá que cambiado para que diga: "Todo aquel que crea en el Señor Jesucristo y sea lo suficientemente afortunado como para estar cerca del agua, y tener un predicador de mi denominación cerca será salvo". No, la Biblia dice clara, llana, dulce y sublimemente: "...Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo, tú y tu casa" (Hechos 16:31).
Esta es una historia verdadera. En los años 60, cuando Lyndon Johnson era presidente de los Estados Unidos de América, un amigo mío visitó junto con sus hijos el Museo Smithsonian de la Historia Americana en la ciudad de Washington. Entraron a ver la colección de figuras de cera de las primeras damas, que mostraba a cada una de ellas desde 1909, con sus vestidos de gala para el momento de la toma de posesión. Ellos tenían especial interés en la figura de cera de la señora Lady Bird Johnson, quien en ese momento era la primera dama.
Mientras estaban ahí hablando, notaron que alguien estaba detrás de ellos. Voltearon a mirar y ¡era la señora Lady Bird Johnson! que había ido a ver el vestido. Muy emocionados pensaron: "Esto es maravilloso. Miren, ella está justo aquí con nosotros".
Justo después, un hombre entró con una cámara y dijo: "Amigos, ¿les molestaría hacerse a un lado? Quiero tomar una fotogr:afía de la señora Lady Bird Johnson". Él hablaba de la figura de cera.
Le dijo a la señora Lady Bird Johnson: "¿Puede moverse, por favor? ¿Puede quitarse? Quiero una foto de la primera dama". Piense al respecto. El bautismo no es lo que nos salva. Es la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo. Nunca sustituya la realidad por el símbolo.

El bautismo bíblico

Resumámoslo: El bautismo, como lo enseña la Biblia, tiene un método, un significado y un motivo.
• El método: inmersión. Recuerde, si usted cambia el método, destruye el significado.
• El significado: una ilustración de nuestra identidad con la muerte, sepultura y resurrección de Jesús, que es el evangelio.
• El motivo del bautismo: confesar a Cristo, obedecerle y declarar su evangelio salvador.
Si usted es salvo y todavía no se ha bautizado, haga planes lo más pronto posible para participar de esa maravillosa experiencia.


[1] Constitutions of the Holy Apostles. Libro 3. Sección 16/17
[2] Hipólito – Creeds of the Church, Ages Software,7
[3] Juan Calvino. Instituciones de la religión cristiana, capitulo 15.
[4] History of the Apostolic Church, p. 568.
[5] Faith of Our Fathers, p.275.
[6] W. E. Vines, en Diccionario expositivo de palabras del Nuevo y Antiguo Testamento, define baptizo como “bautizar, una forma frecuente para bapto, sumergir”.

1 comentario:

  1. Hermosa y sabia palabra,gracias a Dios por su Santo ESpíritu que nos guia a toda verdad

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