CÓMO ENTENDER LA BIBLIA
Por Adrian Rogers
Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley.
Salmo 119:18
Si
usted no conoce, ama, entiende, practica y obedece la Palabra de Dios, puedo
decirle sin dudar, titubear o disculparme, que usted no es un cristiano
victorioso.
A
medida que lea este capítulo, quiero que aprenda a estudiar su Biblia y cómo
hacer que se avive el fuego del poder de la Palabra de Dios en usted. El conocimiento es
poder yeso es verdad en cualquier medio, ya sea en los negocios, el atletismo o
la teología. Quiero que busquemos cómo obtener el conocimiento de la Palabra de Dios.
La
gente de hoy necesita la verdad. Alguien en Kenia escribió esta oración:
"Señor, de la cobardía que no se atreve a enfrentar una nueva verdad, de
la pereza que se conforma con medias verdades, de la arrogancia que cree tener
toda la verdad, líbrame, buen Señor. Amén".
Espero
que usted no sea cobarde ni tenga miedo de la verdad, que no sea perezoso
aceptando verdades a medias, ni que sea arrogante al pensar que no necesita la
verdad. Lo que transforma es el conocimiento, la verdad.
Leí un
anuncio comercial que decía: "No somos lo que pensamos que somos, somos lo
que pensamos". ¿Lo entendió? Usted es lo que piensa. La Biblia dice en Proverbios
23:7, hablando del hombre de malas intenciones: "porque cual es su
pensamiento en su corazón, tal es él".
Si eso
es cierto, y si el conocimiento es poder, necesitamos conocer la Palabra de Dios para tener
poder espiritual. Necesitamos ser moldeados, motivados y dominados por la Palabra de Dios. Aun así, para
muchos, la Biblia
sigue siendo un libro cerrado, un libro misterioso. Realmente no la entienden.
No hay
camino fácil, no hay lugar para la pereza, no hay una manera mágica si de veras
queremos entender la
Biblia. Pero lograr entenderla no es imposible. En realidad,
dedicarle tiempo a la Palabra
de Dios produce gozo y es emocionante.
El
Salmo 119 es el salmo más largo de la Biblia. El escritor de este salmo nos da varias
declaraciones acerca de la
Palabra de Dios. En realidad, el salmo entero, que se compone
de 176 versículos, trata sobre la
Palabra de Dios con el fin de ayudarnos a conocerla y
entenderla.
Quiero
que, a medida que usted lea este capítulo, tome nota de tres cosas. Si lo hace,
se avivará el fuego del poder de la
Palabra de Dios en usted, en su mente y en su vida:
•
Aprecie las virtudes de la
Palabra de Dios.
•
Asimile la vitalidad de la
Palabra de Dios.
•
Aprópiese de los valores de la Palabra de Dios.
Aprecie las virtudes de la Palabra de Dios
Si
usted no aprecia las virtudes de la
Palabra de Dios, no tendrá el deseo de aprenderla o de
aprender de Dios. Muchos no entienden el gran valor y la gran virtud de la Palabra de Dios. Usted
debe mostrar aprecio por la
Palabra de Dios.
La Biblia es eterna
El
Salmo 119:89 dice: "Para siempre, oh Jehovah, permanece tu palabra en los
cielos".
La Biblia no es el libro del mes ni el libro del año. La Biblia es el libro de las
edades. Es un libro inmutable, eterno.
El
Salmo 119:152 dice: "Hace ya mucho que he entendido tus testimonios, los
cuales estableciste para siempre".
¡Para
siempre! Dios dice que ya está hecho. Está fijado en los cielos. El Salmo
119:160 dice: "La suma de tu palabra es verdad; eternos son todos tus
justos juicios".
Otros
libros vienen y van, pero la
Biblia permanece. Han pasado miles de años desde que la Biblia fue escrita. Han
surgido y caído imperios. Civilizaciones han llegado y se han ido. La ciencia
ha expandido las fronteras del conocimiento. Pero la Biblia aún permanece erguida.
Emperadores
han decretado el exterminio de la
Biblia, y los ateos se han opuesto a ella. Los agnósticos se
han burlado cínicamente de la
Biblia, y los liberales han movido cielo y tierra para quitar
los milagros de la Biblia.
Los materialistas sencillamente la han ignorado, pero la Biblia permanece. La Biblia está establecida en
el cielo.
El
difunto doctor Robert G. Lee decía acerca de la Biblia: "Ninguno de
sus enemigos ha hecho un agujero en su santa vestidura, ni ha robado una flor
de su maravilloso jardín, ni diluido una gota de miel de su abundante colmena,
ni roto una cuerda de su arpa de mil cuerdas, ni ahogado una dulce palabra en
tinta infiel".
El
doctor Lee simplemente estaba diciendo lo que Dios dice sobre su Palabra:
"Para siempre, oh Jehovah, permanece tu palabra en los cielos" (Salmo
119:89). En el Nuevo Testamento, 1 Pedro 1:24, 25 dice: "Porque: Toda carne
es como la hierba, y toda su gloria es como la flor de la hierba. La hierba se
seca, y la flor se cae; pero la palabra del Señor permanece para siempre".
La Biblia es eterna, definitiva e indestructible.
La Biblia es veraz
El
Salmo 119:142dice: "Tu justicia es justicia eterna, y tu leyes la verdad";
el versículo 151 dice: "...todos tus mandamientos son verdad"; y el
versículo 160 dice: "La suma de tu palabra es verdad...".
En el
Evangelio de Juan (18:38) Pilato le preguntó a Jesús: "¿Qué es la
verdad?". Jesús ya había contestado esa pregunta en Juan 17:17 cuando,
hablando con el Padre, dijo: "...tu palabra es verdad". En un mundo
que ha perdido su aprecio por la verdad, usted puede decir sin titubear que la Biblia es la verdad.
En la
actualidad hay toda clase de ataques contra la verdad de la Biblia. Está el
ataque frontal de aquellos que niegan la verdad de la Biblia. Pero también
hay un ataque traicionero que es quizás más insidioso. Estas no son las
personas que niegan la verdad de la
Biblia, sino las personas que sobreponen su propia
experiencia por encima de la
Palabra de Dios. Son los que dicen: ''Yo sé lo que siento o
lo que pienso".A veces, incluso argumentan diciendo:"No me importa lo
que diga la Biblia.
Permítame decirle lo que yo experimenté".
Pablo
tuvo que enfrentar a algunas de estas personas en Corinto: "Si alguien
cree ser profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo es
mandamiento" (1 Corintios 14:37).
Al
parecer algunas personas en Corinto se aventuraron en la magia carismática y se
desenfrenaron con las lenguas, las profecías, las visiones y los éxtasis.
Cuando Pablo trató de ponerlos en orden, ellos dijeron: "Permítame
decirle, hermano Pablo, qué tipo de hombre espiritual soy; y permítame decirle
que tengo el don de profecía".
Pablo
dice: "Si alguien cree ser profeta, o espiritual, reconozca que lo que os
escribo es mandamiento". Y sigue diciendo en el versículo 38: "Pero
si alguien lo ignora, él será ignorado".
Hay un
ataque frontal contra la verdad de la
Biblia por parte de los
que se oponen a ella y la niegan. Hay un ataque por detrás de parte de aquellos
que quieren sustituir la
Palabra de Dios con su propia experiencia, y hay también un
ataque lateral. Estas personas no necesariamente niegan la Biblia, pero quieren
reemplazarla o sustentarla con psicología, filosofía y otras cosas, como si la
misma Biblia no fuera suficiente.
Amigo, la Biblia es verdad, y si
usted está buscando la verdad, la puede encontrar en ella.
¿Por
qué? 2 Timoteo 3:16 dice: "Toda la Escritura es inspirada por Dios".Esa palabra
inspirada sólo se usa una vez en la Biblia, pero qué palabra tan magnífica. En griego
la palabra es theopneustos. Literalmente significa "Dios respiró".
Theo quiere decir Dios; pneustos significa respiró. La Biblia dice que toda la Escritura es la
respiración de Dios. Es decir, Dios la respiró.
En
Mateo 4:4, Jesús dice: "...No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios". Jesús está hablando de la Biblia. Él dice que cada
palabra procede de la boca de Dios. No es que Dios simplemente haya respirado
sobre las Escrituras. Dios respiró las Escrituras. Sí, él usó hombres como
Isaías, Jeremías, Mateo, Marcos y Pablo; pero aquellos hombres sostuvieron la pluma
de Dios. Ellos eran la voz de Dios cuando él hablaba. La Biblia es verdad porque el
Dios de verdad no puede hablar el error.
Si
usted lee el Antiguo Testamento encontrará frases como: "la Palabra del Señor",
"la Palabra
de Dios", "Dios habló" o "el Señor dijo", usadas 3.808
veces. Si la Biblia
no es la Palabra
de Dios, es el paquete más grande de mentiras que alguna vez haya entrado en el
planeta Tierra. La Biblia
es la verdad sin lugar a dudas.
La Biblia es atesorada
Porque la Biblia es un libro eterno
y veraz, debe ser atesorada. El Salmista dice: "Mejor me
es la ley que procede de tu boca que miles de piezas de oro y plata"
(Salmo 119:72).
¿Es eso
verdad para usted? Dios sabe que es completamente verdad para mí. Si usted me
pidiera escoger entre una gran pila de oro, plata, rubíes, diamantes, acciones
e inversiones por un lado y la
Palabra de Dios por otro, yo no dudaría. Escogería la Palabra de Dios.
"¡Cuán
dulces son a mi paladar tus palabras, más que la miel en mi boca!" (Salmo
119:103). "Por eso amo tus mandamientos más que el oro, más que el oro
puro" (Salmo 119:127).
La Biblia es un libro que debe ser atesorado. Los santos y héroes de nuestra
fe han tenido la Palabra
de Dios como ayuda y guía al atravesar las frías aguas del río de la muerte.
Mártires que han muerto por ser testigos de Jesucristo sostuvieron la Biblia contra su pecho
mientras las llamas los rodeaban. Los miembros de la iglesia primitiva amaban la Palabra de Dios y nunca la
cuestionaron; discutieron muy poco acerca de ella. La predicaron, la
proclamaron, la pronunciaron y la esparcieron como lava candente. La amaron, la
vivieron, la practicaron y la obedecieron; confiaron constantemente en ella y
la afirmaron.
¿Sabe
usted por qué la Biblia
es atesorada? Usted lo ha sabido por mucho tiempo. "Cristo me ama, bien lo
sé, su Palabra dice así". Eso es. "Cristo me ama, bien lo sé, su
Palabra dice así". Usted nunca tendrá una vida cristiana victoriosa si no
ama la Palabra
de Dios.
La Biblia es como un tesoro. Suponga que en el patio de su casa hay un
tesoro enterrado. Si no tiene una pala, sin duda va a la ferretería y compra
una para regresar a casa y desenterrar aquel tesoro. La Biblia es el libro del
tesoro de Dios. Es un libro eterno. Es un libro verdadero; por consiguiente,
usted debe apreciar las virtudes de la Palabra de Dios. Si usted no aprecia las virtudes
de la Palabra
de Dios, no va a tener ningún deseo de entenderla.
Asimile la vitalidad de la Palabra de Dios
La
palabra vitalidad significa "vivo". La Biblia es un libro viviente.
Hebreos 4:12 dice: "Porque la palabra de Dios es viva y eficaz...".
La palabra "eficaz" viene de la palabra griega energes que
significa "efectivo". De esta palabra recibimos nuestra palabra energía.
La Biblia
es viva y eficaz.
En Juan
6:63, Jesús está hablando a un grupo de incrédulos y a sus discípulos:
"...Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida". La Biblia palpita con vida.
Por ejemplo, cuando usted adquiere un libro de cocina no sólo lo lee, sino que
usa sus instrucciones para preparar una cena y luego comérsela. Si no asimila la Biblia, no importa cuánto
la aprecie. ¿De qué le serviría?
Ore la Palabra de Dios
¿Cómo
asimila usted la Palabra
de Dios? Ore fundamentándose en ella. El Salmo 119:12 dice: "¡Bendito seas
tú, oh Jehovah! Enséñame tus leyes". ¿Alguna vez ha orado usted de esa manera?
"Dios, sé mi Maestro". Ore la Palabra de Dios y pídale a él que le enseñe.
Primero,
sus ojos serán abiertos. Lea el Salmo 119:18: "Abre mis ojos, y
miraré las maravillas de tu ley". Dios abrirá sus ojos, Usted puede tener
una visión de 20/20, pero Dios tiene que abrir sus ojos para que vea las
maravillosas cosas que están en su Palabra.
Después
de su resurrección, Jesús anduvo con dos discípulos en el camino a Emaús. La Biblia dice que él empezó a
hablar con ellos acerca del Antiguo Testamento, la ley y los profetas. Lucas
24:45 dice: "Entonces les abrió el entendimiento para que comprendiesen las
Escrituras". ¿No le gustaría que Dios hiciera eso con usted?
Cuando
usted ore la Palabra
de Dios, no sólo sus ojos serán abiertos, sino también su corazón será
sacudido. El Salmo 119:36 dice: "Inclina mi corazón a tus testimonios,
y no a las ganancias deshonestas". Si usted no tiene un deseo por la Palabra de Dios, entonces
ore: "Oh Dios, por favor inclina mi corazón, mueve mi corazón, abre mis
ojos, sacude mi corazón".
Cuando
sus ojos sean abiertos y su corazón sacudido, su mente será iluminada. El
Salmo 119:73 dice: "Tus manos me hicieron y me formaron; hazme entender,
para que yo aprenda tus mandamientos".
Muchas
veces al preparar sermones he soltado el lápiz e inclinador la cabeza para
decirle al Señor: "Dios mío, ayúdame a entender esto; Oh mi Dios, dame
entendimiento". Cuando oramos, nuestros ojos se abren, nuestro corazón se
mueve y nuestra mente se ilumina para entender la Palabra de Dios.
Medite en la Palabra de Dios
El
Salmo 119:15 dice: "En tus ordenanzas meditaré…", El versículo 147
dice: "Me anticipo al alba e imploro; tu palabra es lo que espero".
En otros términos, el salmista tenía un tiempo de meditación. Continúa diciendo
en el versículo 148: "Mis ojos se adelantaron a las vigilias de la noche,
para meditar en tus palabras".
Meditar
en la Palabra
de Dios requiere tiempo. Si usted tiene que levantarse una hora más temprano,
hágalo. Si tiene que quedarse una hora más tarde, hágalo. Haga lo que sea
necesario para poder meditar en la
Palabra de Dios. Y puedo sugerirle que a medida que medite en
la Palabra de
Dios tenga a la mano un cuaderno de notas y un lápiz. Yo siempre leo la Biblia con un lápiz en mi
mano. ¿Por qué? Porque espero recibir algo. Si usted no lo está
haciendo, eso me dice que no está esperando recibir algo. Si espera recibir
algo, debe estar listo para anotarlo. Usted dirá: "Yo lo recordaré".
Espero que así sea; pero la tinta más débil supera a la mejor de las memorias.
Es algo tan simple tener un cuaderno de notas y un lápiz cuando abre la Biblia. Usted ora y
medita en ella, y luego se prepara para que Dios le hable.
Y
cuando usted lea la Biblia,
use su sentido común santificado. No salte en la mitad de un capítulo o en
medio de un libro sin ningún plan. La
Biblia es como cualquier otro libro que contiene diferentes formas
de discurso. Mire la poesía como poesía, la profecía como profecía. Vea los
mandamientos como mandamientos, las promesas como promesas y los proverbios
como proverbios.
Si
usted intenta convertir los proverbios en promesas, éstos perderán su sentido.
Los proverbios no son promesas; son proverbios. ¿Qué es un proverbio? Un
proverbio es un principio general que al aplicarse de manera general trae un
resultado general. Por ejemplo, el libro de Proverbios tiene consejos para ser
saludable, adinerado y sabio. Pero usted puede hacer todas esas cosas y ser arrollado
por un camión, y entonces ya no estará muy saludable, y ciertamente no será más
adinerado; usted lo habrá dejado todo.
Si
hubiera sido sabio, habría mirado hacia ambos lados de la carretera. Los
proverbios son buenos, pero no intente convertirlos en promesas.
Mire la Biblia y considere lo que
está leyendo. Pregúntese: "¿Es este un mandato? ¿Es esto una profecía? ¿Es
poesía lo que estoy leyendo? ¿Es esto prosa? ¿Se trata esto de un proverbio?
¿Hay aquí una promesa?". Dios le dio mente; pero Dios no lo aniquila con
conocimiento.Usted tiene la mente de Cristo; úsela. Al estudiar su Biblia usted
debe meditar en ella.
A veces
la gente pregunta: "¿Debe la
Biblia ser interpretada literal o figuradamente?". La
respuesta es: La Biblia
debe ser interpretada figurada y literalmente al mismo tiempo.
Por
ejemplo, la Biblia
está llena de símbolos. En el libro de Apocalipsis, el diablo es simbolizado
como un gran dragón. Tiene una cola tan larga que barre una tercera parte de
las estrellas del cielo. La tecnología de hoy nos permite observar billones de
años luz en el espacio exterior. Ahora, dígame usted si puede haber un dragón con
una cola tan grande como para barrer todas las estrellas del cielo de algunos
billones de años luz. Ese es un dragón bastante grande. Este pasaje habla sobre
el diablo. Las estrellas son ángeles caídos. Ese es el simbolismo.
Permítame
darle un ejemplo de la vida cotidiana: Cuando va en su auto y ve dos arcos
amarillos, usted sabe que se está acercando a un restaurante McDonald. Al
ver esos arcos amarillos, usted dice: "Ah, eso es sólo un símbolo, ahí no
hay ningún restaurante McDonald y no se venden tales cosas como
hamburguesas". Claro que no. Los arcos simbolizan una realidad. Encuentre
lo que el símbolo representa y aplíquelo literalmente.
Cuando
usted se acerque a la Palabra
de Dios, ore la Palabra,
medítela y entonces pídale a Dios que le enseñe. Veamos seis preguntas clásicas
para formular al momento de estudiar la Palabra de Dios.
1. ¿Hay
alguna promesa de la cual apropiarme?
2. ¿Hay
alguna lección que aprender?
3. ¿Hay
alguna bendición para disfrutar?
4. ¿Hay
algún mandamiento que obedecer?
5. ¿Hay
algún pecado que evitar?
6. ¿Hay
algún pensamiento nuevo para llevar conmigo?
Estas
son preguntas que ayudan mucho al comenzar a preparar una lección de Escuela
Dominical o un estudio bíblico. Usted puede tomar cualquier pasaje de la Escritura y hacer esas
preguntas, y le aseguro que ¡ya tiene su lección! Simplemente haga estas seis
sencillas preguntas al estudiar la
Palabra de Dios, y él le dará la lección que quiere que usted
aprenda.
Conserve la Palabra de Dios
Después
de orar y meditar en la
Palabra de Dios, consérvela. El Salmo 119:11 dice: "En
mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti". El versículo
16 dice: "Me deleitaré en tus estatutos; no me olvidaré de tus
palabras".
Quiere
decir que usted esconde la
Palabra de Dios en su corazón. Así puede recordar mucho más
de lo que cree poder recordar. En realidad, nosotros funcionamos por la
memoria. La memoria se estimula con la concentración, la motivación y el uso.
Su mente es una maravilla, y usted podrá recordar mucho más de lo que cree que
puede a medida que conserve la
Palabra de Dios.
A mi
esposa le gusta coleccionar cajas pequeñas. A veces le traen cajas de otros
países. Pueden estar talladas intrincadamente o estar cubiertas de joyas. Al
ver una, usted puede decir: "Qué cajita tan maravillosa". Entonces la
abre para verla por dentro. ¿Sabe lo que hay dentro de esa pequeña y hermosa
caja? Cosas como bandas de caucho, sujetapapeles, palillos o una vieja menta.
Su mente es como esa caja. Dios le dio una mente maravillosa donde usted puede
guardar muchas cosas, como si se tratara de un archivo de gran capacidad.
Su
mente también puede compararse con un jardín. ¿Ha notado alguna vez en la vida
que la cizaña crece más fácil que las flores y los vegetales? Cuando Adán cayó,
su mente se volvió un huerto de cizaña. Para que su mente conserve la Palabra de Dios, usted
debe cultivada. Tiene que desyerbar su jardín. Llenar su mente de la Palabra de Dios para que
fluya bendiciendo y honrando a Dios.
Practique la Palabra de Dios
El
Salmo 119:1-5 dice: "Bienaventurados los íntegros de camino, los que andan
según la ley de Jehovah. Bienaventurados los que guardan sus testimonios y con
todo el corazón le buscan. Pues no hacen iniquidad los que andan en sus
caminos. Tú mandaste que tus ordenanzas fuesen muy guardadas. ¡Ojalá fuesen
estables mis caminos para guardar tus leyes!".
No es
suficiente recitar las promesas sin obedecer los mandamientos ¿Quiere
aprender más de la Palabra
de Dios? Entonces obedezca lo que ya conoce. Es muy sencillo. La Biblia dice: "Porque al
que tiene, le será dado, y tendrá más ..." (Mateo 13:12).
Entre
más obedezca, más aprenderá. Usted puede estar diciéndose a sí mismo: "Hay
mucho en la Biblia
que no entiendo". ¿Sabe qué dijo Mark Twain? "Lo que me causa muchos
problemas no es aquella parte de la
Biblia que no entiendo, sino la que sí entiendo". ¡Conserve
la Palabra de
Dios!
Puede
haber misterios y cosas que usted no entienda, como los cuatro seres vivientes
llenos de ojos por delante y por detrás, de lo cual nos habla Apocalipsis 4.
Pero le diré una cosa que usted puede entender: "Amaos los unos a
los otros". Usted puede entender cuando la Biblia le da un mandamiento
claro y específico. Si usted empieza a guardar las cosas que sí entiende,
la Palabra de
Dios se hará real para usted.
Proclame la Palabra de Dios
El
Salmo 119:13 dice: "Con mis labios he contado todos los juicios de tu
boca". Mire el versículo 27: "Hazme entender el camino de tus ordenanzas,
y meditaré en tus maravillas". Luego el versículo 46 dice: "Hablaré
de tus testimonios delante de los reyes, y no quedaré avergonzado".
Finalmente, mire el versículo 172: "Cante mi lengua tu palabra, porque
todos tus mandamientos son justicia".
Mantenga
siempre la Palabra
de Dios en su boca, guárdela en su corazón, muéstrela en su vida, siémbrela en
el mundo. Entre más pueda dar la
Palabra de Dios, más se apegará a usted.
Aprópiese de los valores de la Palabra de Dios
Usted
debe apreciar las virtudes de la Palabra de Dios, asimilar la vitalidad de la Palabra de Dios y apropiarse
de los valores de la Palabra
de Dios. Cuando lo haga, este conocimiento transformará su vida.
Una fuente de victoria
El
Salmo 119:45 dice: "Andaré en libertad, porque he buscado tus
mandamientos". Así como Jesús se apropió de la Palabra de Dios para
vencer a Satanás en el desierto, usted también lo puede vencer. La Palabra de Dios puede
convertirse en su fuente de victoria.
Una fuente de crecimiento
El
Salmo 119:32 dice: "Por el camino de tus mandamientos correré, porque das
amplitud a mi corazón".
Supongamos
que una persona se me acerca y me dice:
-Estoy
muy débil físicamente. Apenas puedo levantarme de la cama. La verdad es que no
quiero ir a trabajar; estoy tan débil.
Entonces
le digo:
-¿Cuál
es el problema? ¿Ha ido al médico?
-No
-dice él.
-¿Tiene
una enfermedad?
-Creo
que no -contesta.
-¿Qué
está comiendo?
-A
veces, si no está lloviendo, voy los domingos a comer a un restaurante y eso es
todo lo que como.
-¿Usted
quiere decir que eso es todo lo que come? ¿Sólo va a comer a ese restaurante
los domingos siempre y cuando no esté lloviendo? ¿Yeso es todo lo que come?
-Sí, es
que estoy muy débil.
-Bien,
con razón está débil.
Amigo,
un sermón el domingo está diseñado solamente para agudizar su apetito. Si usted
no aprende a alimentarse con la
Palabra de Dios, no va a crecer. La Biblia dice: "desead
como niños recién nacidos la leche espiritual no adulterada, para que por ella
crezcáis..." (1 Pedro 2:2). La
Palabra de Dios es su fuente de crecimiento.
Una fuente de gozo
El
Salmo 119:54 dice: "Tus leyes han sido cánticos para mí en el ámbito de
mis peregrinaciones".
El
versículo 111 de este salmo
dice: "Tus testimonios son mi heredad para siempre, porque ellos son el
gozo de mi corazón".
En Juan
15:11, Jesús dijo: "Estas cosas os he hablado para que mi gozo esté en
vosotros y vuestro gozo sea completo". La Palabra de Dios es una
fuente de gozo.
Una fuente de poder
La Palabra de Dios es su fuente de poder para la vida victoriosa. "Porque
la palabra de Dios es viva y eficaz..." (Hebreos 4:12).
El
Salmo 119:28 dice: "Mi alma llora de ansiedad; sostenme conforme a tu
palabra". La Biblia
es nuestra fuente de poder.
Una fuente de dirección
El
Salmo 119:105 dice: "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi
camino". Podemos encontrar nuestro camino al estudiar y meditar en la Palabra de Dios. Puede
estar oscuro, pero su Palabra nos mostrará el camino si confiamos en él.
¿Quiere
tener la victoria? ¿Quiere crecimiento? ¿Quiere experimentar el gozo? ¿Quiere
poder? ¿Quiere dirección? Amigo, la
Palabra de Dios le dará todas estas cosas. Usted puede
apropiarse de ellas. Pero sólo puede hacerlo después de asimilarlas, y sólo puede
asimilarlas si las aprecia. Le aseguro que si usted hace estas cosas, la Palabra de Dios
transformará su vida.
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